Entre cuatro y cinco meses le tomó al intendente de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, reunir y clasificar los 600 objetos que incluyó la Exposición del Coloniaje, inaugurada el 17 de septiembre de 1873, en el marco de la celebración de las fiestas patrias.
Esta fue la primera exposición temporal de carácter histórico realizada en la ciudad, y para ella se elaboró un Catálogo que documenta el origen de los objetos, en cuya selección también participaron Maximiliano Errázuriz, Blas Cañas, José Ignacio V. Eyzaguirre y Francisco de Paula Figueroa.
Vicuña Mackenna pensaba que "no hay mejor manera de reconstruir la historia bajo sus bases más genuinas y naturales que recoger los maderos más o menos robustos del andamio en que los siglos han venido agrupándose uno en pos de otro hasta formar el gran cuerpo de unidad que se llamó linaje humano" (Vicuña Mackenna, 1875: 2).
La muestra tuvo entonces un carácter pedagógico, en cuanto incluyó bienes culturales que graficaban el interés del naciente Estado chileno de constituir una identidad nacional, con valores como el 'amor a la patria', en consonancia con el legado español y la cultura de los pueblos originarios.
También buscó rescatar elementos representativos de la antigua sociedad colonial, que amenazaban con ser destruidos por la modernización de Santiago en 1870 y recrear otros ya perdidos a través de un programa planificado de reproducción patrimonial.
La Serie de los Obispos de Chile cumple ambas características: de los 22 retratos de autoridades eclesiásticas que ejercieron funciones entre 1561 y 1843, once eran copia de los auténticos y los otros fueron reproducidos para completar la colección.
Muebles de época, objetos personales, cortinajes y tapices, armas y banderas de guerra sobre las que se tejieron historias que construyeron figuras y acciones heroicas completan la muestra.