En la segunda mitad del siglo XIX, la corriente política liberal se impone en Chile. Es una época de creciente desarrollo de las instituciones, de florecimiento de la prensa, de laicización del Estado, de desarrollo urbano, financiero, comercial e industrial.
Es también una época de expansión territorial, Chile conquista las provincias de Tarapacá y Antofagasta en una guerra contra Perú y Bolivia, asumiendo el control total de la riqueza salitrera. El estado incorpora en el sur, los territorios del Bío-Bío derrotando la última resistencia mapuche.