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Historia

HISTORIA DEL EDIFICIO

El Museo Histórico Nacional se ubica en la Plaza de Armas, kilómetro 0 de la ciudad, y lugar donde estuvieron emplazadas las principales instituciones en el periodo virreinal. Cuando el conquistador español Pedro de Valdivia murió en la batalla de Tucapel -el 26 de diciembre de 1553- su solar se dividió en la residencia del gobernador (actual Correo Central), la Real Audiencia (Museo Histórico Nacional) y el Cabildo Colonial (Municipalidad de Santiago).

A partir de 1609, la Real Audiencia -el Máximo Tribunal de Justicia- se estableció en el lugar, y para ello se construyeron dos edificios que luego fueron destruidos por terremotos durante los siglos XVII (1647) y XVIII (1730). Finalmente, el arquitecto-ingeniero Juan José de Goycolea y Zañartu construyó un edificio de estilo neoclásico, en albañilería de ladrillo. Sus trabajos comenzaron en 1804, y se inauguró en 1808.

Como consecuencia de los acontecimientos que dieron paso a la Independencia del país, se suprimió la Real Audiencia, la que fue reemplazada por un Tribunal Judicial. El edificio se transformó entonces en el centro del acontecer político del momento: fue la sede del Primer Congreso Nacional (4 de julio de 1811), y la casa de gobierno en el período revolucionario entre 1812 a 1814, hasta que el general Mariano Osorio restableció la autoridad española y reinstaló la Real Audiencia (1814-1817).

Después de la batalla de Chacabuco (12 de Febrero de 1817), donde los patriotas derrotaron a los españoles, el Cabildo de Santiago se reunió excepcionalmente en este edificio y propuso como autoridad al general argentino José de San Martín Matorras; pero como él no aceptó la designación, el Cabildo se volvió a reunir dos días después, y propuso el cargo de Director Supremo a Bernardo O'Higgins Riquelme. Él declaró oficialmente la Independencia de nuestro país el 12 de Febrero de 1818 en la ciudad de Talca, mientras que en Santiago se realizó una ceremonia pública en la Plaza de Armas y en el interior de este edificio.

Con todo lo sucedido, el edificio se convirtió en la casa de Gobierno hasta 1845, año en que el presidente Manuel Bulnes Prieto trasladó la sede del ejecutivo al edificio de la antigua Real Casa de Moneda. Pero el edificio continuó con su función pública, transformándose en la sede de la Intendencia de Santiago (1847-1929), y luego en oficina de Correos y Telégrafos hasta 1978.

El 1 de diciembre de 1969, este significativo edificio fue declarado Monumento Nacional. Luego pasó a ser sede del Museo Histórico Nacional, para lo que debió ser restaurado y acondicionado para albergar las colecciones histórico-patrimoniales.

HISTORIA DEL MUSEO

En julio de 1813, el Senado aprobó un plan de estudios que consideraba la creación del Instituto Nacional, la Biblioteca Nacional y un Museo de Ciencias, entre otras instituciones. Una comisión de Educación del Senado se encargó de crear un museo en una sala de la Real Universidad de San Felipe, reuniendo allí todo el material considerado importante, proveniente del Convictorio Carolino, la Academia de San Luis y el Seminario Conciliar. Más tarde, durante la Reconquista, el gobierno español desechó todas las ideas surgidas durante la Patria Vieja por parte de los patriotas, terminando con esto el proyecto de Museo y las incipientes colecciones que había comenzado a reunir.

Durante el gobierno de Bernardo O'Higgins, en 1822, se retomó la idea de formar un Museo Nacional, que diera cuenta de todas las características del territorio y sus habitantes, misión que fue encargada al intelectual francés José Francisco Dauxion Labaysse, quien, a poco andar en su labor, murió en Santiago en 1829 sin concretar su propósito.

El francés Claudio Gay llevó a cabo la realización del primer museo chileno, bajo el encargo del Presidente José Tomás Ovalle, quien en septiembre de 1830 le había propuesto explorar el país y fundar un museo. Una comisión ayudó al francés en esta labor, y cuando éste regresó a Europa en 1842, Francisco García-Huidobro le reemplazó como director.

Hacia el año 1830 y bajo el gobierno del Vicepresidente José Tomás Ovalle, fue contratado el científico francés Claudio Gay, para hacerse cargo de explorar el país, publicar sus investigaciones y fundar un Museo. De esta forma, y a partir de los objetos recogidos por Gay en sus viajes de exploración nació el Museo Nacional, el cual ocupó algunas dependencias del Instituto Nacional, ubicado en ese entonces en una de las esquinas de las calles Bandera y Catedral.

Benjamín Vicuña Mackenna planteó por primera vez la necesidad de construir un Museo Histórico de carácter nacional, promoviendo la creación del mismo en la cima del cerro Santa Lucía, aprovechando los salones del Castillo de Hidalgo, que debieron ser transformadas para acoger las colecciones históricas. En septiembre de 1874 se inauguró el Museo Histórico Indígena del Santa Lucía.

En el contexto de las celebraciones del Centenario de la Independencia, el presidente Ramón Barros Luco emitió el 2 de mayo de 1911 un decreto que determinó la creación del Museo Histórico Nacional. No obstante, el origen de la institución se remonta a los comienzos de la República.

En el año 1873, y con motivo de las celebraciones del aniversario de Chile, fue organizada una exposición de objetos antiguos -conocida como la "Exposición del Coloniaje"- con la intención de recordar el pasado histórico de nuestro país, iniciativa que recayó en el entonces Intendente de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, y cuya sede estuvo en el antiguo Palacio de los Gobernadores (en la actualidad el lugar es ocupado por el Correo Central). La exposición motivó a la intelectualidad de la época a llamar la atención sobre la necesidad de conformar un Museo Histórico de manera permanente.

Así fue como en 1874, en el castillo Hidalgo, ubicado sobre la cara norte del cerro Santa Lucía, se instaló el nuevo Museo Histórico, creado a partir de algunas donaciones de los objetos que formaron parte de la Exposición del Coloniaje.

Hacia 1876 y tras el nombramiento de Miguel Luis Amunátegui como Ministro de Instrucción Pública, el Museo aumentó su colección, gracias al interés del joven Ministro por ir construyendo la Historia de Chile por medio de objetos, pinturas y esculturas que representaran a personajes ilustres de la historia del país. Nació de esta forma, dentro del museo, la Galería Histórica del Museo Nacional.

Tras la muerte de Vicuña Mackenna, en 1886, el museo del cerro comenzó a declinar de tal forma que sus colecciones empezaron a dispersarse entre las reparticiones públicas y algunos depósitos del Estado, haciendo que la despreocupación y el desinterés destruyeran el sueño del citado Intendente y conviertan al Castillo Hidalgo en una bodega municipal.

Durante la primera década del siglo XX y pronto a conmemorase el centenario de Chile, el intelectual, Luis Montt Montt, entonces Director de la Biblioteca Nacional, propuso organizar una nueva exhibición histórica, con motivo de las celebraciones que se avecindaban, y aunque éste murió repentinamente a fines de 1909, el interés por esta nueva exposición motivó a otros intelectuales que continuaron con este propósito. Así, para las celebraciones del Centenario la exposición se inauguró en la antigua mansión de la familia Urmeneta (ubicada en calle Mojitas, entre San Antonio y Mac Iver), con un número de objetos mucho mayor al exhibido en la exposición del coloniaje y contando con un gran éxito de público. Todo ello motivó a los organizadores a solicitar al gobierno la firma del decreto que crearía al Museo Histórico Nacional, el 2 de mayo de 1911, siendo Presidente de la República Ramón Barros Luco y gracias a las gestiones del senador Joaquín Figueroa Larraín, quien pasó a ser presidente del consejo directivo del Museo y considerado su fundador.

A poco andar, se sumaron al museo la colección de armas de los arsenales de guerra del ejército, los objetos del Museo del Cerro Santa Lucía y de la Galería Histórica del Museo Nacional; más adelante se agregaron las colecciones del Museo Etnográfico. Pese a sus abundantes y valiosas colecciones, el Museo Histórico Nacional nunca pudo exhibirlas de manera conjunta, fundamentalmente por razones de espacio físico. En un primer momento ocupó algunas dependencias del Palacio de Bellas Artes y más tarde otras que eran parte de la Biblioteca Nacional. Durante este período, las colecciones del museo se fueron disgregando hacia otras instituciones, reduciendo a su vez el protagonismo que esta institución había logrado a costa de grandes esfuerzos. La necesidad por parte del Museo de contar con un edificio que fuese sede permanente para la exhibición y resguardo de las colecciones, hizo que hacia 1977 los responsables de la institución pusieran sus ojos en el antiguo edificio de la Real Audiencia, en la Plaza de Armas. Para ello fue necesario reconstruir el palacio, tarea que se desarrolló entre 1978 y 1982. De esta forma, en septiembre de 1982, fue inaugurado el Palacio de la Real Audiencia como la nueva sede del Museo Histórico Nacional, lugar que no solo da cuenta la Historia de Chile, sino que además aspira a ser el rostro de nuestro pasado y de nosotros mismos en el futuro.