Producción y circulación de juguetes en Chile
Durante el siglo XX la demanda de juguetes aumentó considerablemente en Chile. Las clases acomodadas los importaban, mientras que los sectores populares los elaboraron o los adquirieron a través de caridad y políticas públicas.
Inicialmente la compra de estas piezas estaba restringida a las familias que podían pagar su valor en exclusivas casas comerciales como el Bazar Español, la Casa Prá, el Bazar Alemán de Krauss Hnos., la Casa Hombo y Gath & Chaves.
La navidad era el momento en que se distribuían estos obsequios. Entre las niñas fueron comunes las muñecas de cera y de porcelana con sus accesorios. Para los niños las carrozas, caballitos de madera, soldaditos de plomo, rifles, tambores, trenes, mecanos y diábolo.
Los menores de sectores populares se divertían con juegos tradicionales como el pillarse, el tugar tugar, la gallinita ciega, el paco ladrón; o con juguetes menos elaborados como las bochas o bolitas, el trompo y las muñecas de trapo. También imitaban los modelos europeos y construían sus propias carretas de madera y aros.
Inicio de la producción nacional de juguetes
La Primera Guerra Mundial (1914- 1918) produjo una disminución en el volumen de juguetes importados, lo que provocó un aumento en la producción lúdica del país a escala industrial y artesanal.
La Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA) en 1926 mencionaba la existencia de una docena de fábricas de juguetes nacionales: Ramón Utjes, Monroy & Hijos, Rosario Iníguez, José Meisenbichler, Guzmán Hnos., Froilán Barra y los Talleres de San Vicente de Paul, todas en Santiago. Policarpo Rojas Paredes en Talca y Emilio Noe, Venegas &López en Valparaíso.
En la confección artesanal destacaron las muñecas de trapo, carritos de madera y juguetes de cartón. En la producción industrial las manufacturas fueron principalmente de hojalata, madera, papel y cartón.
Pese a esta expansión, el acceso a las piezas estuvo condicionado por el nivel de ingresos. Las familias más pobres continuaron con la creación de sus propios juguetes. Por ejemplo, en las salitreras se confeccionaron autos y camiones con la hojalata de los tarros de conserva (Pizarro, 2011).
La Segunda Guerra Mundial (1939- 1945) y la llegada al poder del Frente Popular (1936- 1941) consolidaron el desarrollo y expansión de la producción nacional.
Con este segundo conflicto bélico la importación de juguetes europeos decayó, lo que estimuló el aumento de las industrias y talleres del país. Este escenario fue favorecido por la política gubernamental de Industrialización por Sustitución de Importaciones.
Además, se institucionalizó el reparto de juguetes a infantes a través del evento llamado Pascua del niño pobre. Para cubrir la demanda se estimuló la producción de las fábricas, de talleres artesanales, carcelarios, escuelas vocacionales y hogares de menores.
La compra masiva de regalos estandarizó la producción nacional a partir de estereotipos de género. Para los niños se confeccionaban palitroques, tambores, aviones, bolitas, carros, carretillas, cornetas, soldaditos de plomo y flautas. Mientras que para las niñas amoblados, juegos de té, bolsas de compras, carteritas, escobas, artesas para lavar, tablas de amasar, cuerdas y muñecas.
Caída de la producción nacional de juguetes
Después de la guerra, la política de protección a la industria nacional se mantuvo, pero el fin del conflicto bélico reactivó la llegada de juguetes europeos.
Desde la década de 1960 la industria lúdica nacional comenzó a concentrarse, las fábricas grandes absorbieron a las más pequeñas y se agruparon en gremios como una forma de hacer frente al ingreso masivo de productos externos.
Para aumentar su competitividad tuvieron que innovar, competir y comprar las patentes y derechos de autor.
Con el término de la Industrialización por Sustitución de Importaciones y la apertura de la economía al mercado exterior desde 1973, muchas empresas cerraron o disminuyeron su tamaño.
La confección artesanal resistió de mejor manera la apertura del mercado y decayó con más lentitud.
Finalmente en los 90' ganó protagonismo la importación y comercialización en las multitiendas y supermercados.
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- Bibliografía